Qatar 2022

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El lado B de Qatar 2022: explotación humana y muerte

En febrero pasado, el diario británico The Guardian calculó en más de 6.500 el número de migrantes muertos en Qatar desde 2010, en base a informaciones recogidas de las embajadas de India, Bangladesh, Nepal, Sri Lanka y Pakistán en Doha.

21 de noviembre de 2022

Debajo de una magnífica infraestructura, que promete hacer de Qatar 2022 un Mundial para el asombro, subyace una grave situación denunciada por organismos internacionales: la muerte de trabajadores migrantes de la construcción y la explotación a la que son sometidos los obreros.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) informó recientemente que durante el año pasado 50 trabajadores murieron, 506 resultaron gravemente heridos y otros 37.600 sufrieron accidentes leves en situación de trabajo.

En febrero pasado, el diario británico The Guardian calculó en más de 6.500 el número de migrantes muertos en Qatar desde 2010, en base a informaciones recogidas de las embajadas de India, Bangladesh, Nepal, Sri Lanka y Pakistán en Doha.

El emirato se negó a confirmar oficialmente esa cifra y destacó los progresos registrados en la legislación laboral: la introducción de un salario mínimo de 1.000 riyales (unos 280 dólares) y la abolición del sistema kafala, que convirtió al país en el primero de la región en eliminar las restricciones para que los migrantes puedan cambiar de trabajo y salir de sus fronteras sin permiso de sus empleadores.

Sin embargo, la organización de derechos humanos Amnistía Internacional (AI) denunció que el salario promedio para los trabajadores se encuentra por debajo de los 220 dólares y que a muchos de ellos las empresas les retienen el pasaporte al incorporarse a sus proyectos.

Los obreros pagan entre 500 y 4.300 dólares a contratistas en su país de origen para acceder a una oportunidad laborar en el Estado de la península arábiga.

Una vez allí, los trabajadores viven en condiciones de hacinamiento, sufren retrasos en los pagos, son impedidos de abandonar las obras, no pueden cambiar de trabajo, reciben amenazas y son víctimas de tareas forzosas, según AI.

Qatar, el mayor proveedor mundial de gas licuado y uno de los grandes productores de petróleo, tiene cerca de 2.8000.000 habitantes y alrededor del 80% son inmigrantes. El 95% de la fuerza laboral relacionada con la Copa del Mundo (1,7 millones de empleados) proviene de países subdesarrollados.

Su ministro de Finanzas, Ali Shareef Al-Emadi, estimó que el gasto total de organización del Mundial 2022 rondará los 200.000 millones de dólares. Además de los estadios, el emirato se embarcó en la construcción de autopistas, vías ferroviarias, aeropuertos, hospitales y otras obras.

Crudo testimonio de familiares de víctimas de obreros en Qatar


El programa de televisión "Salvados, el otro mundial" que se emitió por la señal "La Sexta" de España, viajó a Nepal para destapar las duras condiciones laborales que sufrieron y aún sufren los obreros de ese país, de la India Y Bangladesh, mayoritariamente en las obras de construcción y mantenimiento de estadios, además de servicios asociados e infraestructura para el Mundial de Qatar.

Los testimonios son desgarradores. Uno de ellos muestra crudamente la explotación cuando un trabajador explicó que: "El agua potable la tenemos que pagar".

Apenas habían transcurrido unas horas del primer partido del Mundial Qatar 2022 entre el local y Ecuador, cuando el ciclo

Testimonio desgarradores de obreros y familiares de víctimas de la construcción de estadios para el Mundial de Qatar 2022

En el repaso acerca de las polémicas que rodearon la estructura diseñada para la organización mundialista, uno de los puntos más polémicos fueron las condiciones laborales de los trabajadores que construyeron los estadios, para lo que el programa viajó a Nepal a tomar contacto directo con sus familiares.

Allí dialogaron con algunos de ellos, y con la familia de obreros muertos durante las tareas previas al inicio de la contienda futbolística.

MARTIN CAPARRÓS UNO DE LOS INVITADOS

Además participó del envío el escritor argentino Martín Caparrós quien trazó un paralelo con Argentina 78, ya que recordó que no es la primera vez que un evento de esta magnitud se celebra en una dictadura.

Enumeró las diferentes dictaduras que fueron anfitrionas de los mundiales, empezando por la Italia de Mussolini en el año 1934 y ppr supuesto subrayó el Mundial Argentina 1978 que se llevó adelante bajo el manejo militar comandado por el autócrata Jorge Videla, como rostro visible de aquellos años de plomo.

"Sería distinto si dijéramos 'yo este Mundial no lo veré', pero nosotros les estamos entregando el poder", reflexionó.

Sin embargo el aspecto más controversial de esta competencia mundialista es el relacionado con las condiciones laborales que recibieron los obreros que tuvieron la ardua tarea de edificar los estadios y demás infraestructuras necesarias para la logística y la recepción de millones de fanáticos y turistas de todo el mundo.

KAFALA=ESCLAVITUD

Un conocido periodista español llamado Juan Corellano habló durante el ciclo Salvados de algo que denominó "Kafala", y que se trata, ni más ni menos que de un "sistema de esclavitud moderno".

El comunicador resaltó que más del 90 % de los trabajadores son extranjeros y que dependen en todo momento de su primer empleador.

Estos le gestionan el pasaporte, son los únicos que pueden otorgarle autorización para cambiar de trabajo, e increíblemente hasta para permitírseles salir del país: "Es una combinación perfecta para que el explotador haga contigo lo que le de la gana", expresó.

TESTIMONIOS DE FAMILIAS DE VÍCTIMAS EN NEPAL

El equipo del programa de televisión de España se trasladó a Nepal, país del que provieneron gran parte de los trabajadores para construir los estadios del Mundial de Qatar 2022. "El agua potable se tiene que pagar. Como no teníamos dinero no podíamos tener agua", explicó Shree Bahadur Thapa, que sufre problemas renales desde entonces.

Además habló la esposa de uno de los obreros fallecidos, que subsiste en su país en condiciones más que rudimentarias, y necesitaba las remesas de dinero que enviaba su esposo, ahora muerto.

Las largas jornadas de trabajo bajo el sol y las altas temperaturas del país árabe fueron otro de los problemas. "Trabajábamos 12 horas y parábamos una para comer. Si no íbamos, nos quitaban el salario", explicó Sanjiv Kimar Mandal, de 23 años, otro de los trabajadores que sufrió problemas durante su estancia.

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