Jorge Alberto Pedraza, uno de los considerados líderes de la banda de internos que se amotinó en la Unidad 2 de Sierra Chica entre el 30 de marzo y el 7 de abril de 1996, comenzará a gozar de salidas transitorias desde la cárcel donde actualmente sigue preso.

En una segunda instancia, el beneficio le fue otorgado en la Cámara Penal departamental, a través de una resolución que data de anteayer y lleva las firmas de Carlos Pagliere (h) -uno de los actuales miembros de la Alzada- y del juez de Garantías de Tandil José Alberto Moragas.

Ambos magistrados dieron lugar a un recurso de apelación que había presentado Diego Fernández, el defensor General departamental, en favor de uno de los protagonistas de la revuelta carcelaria más trágica de la historia argentina.

En aquel motín fueron asesinados siete presos y un guardia. Además, diecisiete personas -entre empleados del penal, dos pastores evangélicos, una jueza y su por entonces secretario- habían sido tomadas de rehenes.

Según lo informado a EL TIEMPO, Pedraza actualmente está preso en la Unidad 42, una de las cárceles del SPB situada en Florencio Varela. Y desde ese penal, teniendo en cuenta lo resuelto este miércoles que pasó, deberán arbitrarse los medios para que comience a gozar de las salidas transitorias, para lo cual tendrá que serle colocado un dispositivo electrónico que controle sus movimientos fuera de la cárcel.

De acuerdo con lo también señalado a este Diario, uno de los líderes de los denominados "Doce Apóstoles" gozará del referido beneficio -cuando adquiera rango de firmeza lo resuelto- de manera mensual. De esa manera, cada treinta días saldrá de la cárcel durante un lapso de cuatro horas.

Al respecto, esas salidas transitorias para el condenado deberán implementarse "de no mediar impedimento legal alguno ajeno a estas actuaciones o encontrarse el causante a disposición de otro órgano jurisdiccional en prisión preventiva o cumpliendo pena privativa de libertad en otro proceso", puede leerse en lo decidido.

En una primera instancia, el beneficio que se pretendía para Pedraza y que ahora le fue concedido había sido rechazado por Adriana Bianco, una de las juezas de Ejecución Penal del Departamento Judicial Azul.

Pero apelación mediante de la Defensa Oficial de uno de los líderes de los "Doce Apóstoles", ese recurso tuvo acogida favorable ante la Cámara de Apelación y Garantías en lo Penal que tiene su sede en el tercer piso del Palacio de Justicia local.

Entre las circunstancias valoradas para otorgarle ese beneficio, desde la Alzada se tuvo en cuenta que Pedraza -considerando el tiempo que lleva preso- "abastece el recaudo temporal" para una salida transitoria de la cárcel como la ahora otorgada; que "no posee causa abierta donde interese su detención" y que "ostenta conducta ejemplar y concepto bueno" en ese contexto de encierro donde permanece.

Además, evidencia lo que se denomina una "evaluación criminológica favorable", criterio al que en un principio no había adherido la titular del Juzgado de Ejecución Penal 2 con asiento en General Alvear cuando se opuso a la concesión del beneficio que ahora sí prosperó para uno de los líderes de los "Doce Apóstoles".

Oriundo de La Matanza y de 61 años de edad, con sentencia ya firme Jorge Alberto Pedraza se encuentra condenado a la pena única de reclusión perpetua.

Esa sanción es comprensiva de diferentes condenas, entre las cuales figura lo sucedido durante el motín en Sierra Chica de Semana Santa de 1996: una pena a "reclusión perpetua" como autor de los delitos de "secuestro coactivo agravado y homicidio calificado (cuatro hechos) en concurso real" y otra -también única y a "reclusión perpetua"- que le fuera impuesta por un Tribunal en lo Criminal de la Capital Federal en mayo de 2010, que incluyó la dictada por una causa tramitada ante el Juzgado en lo Criminal y Correccional 8 del Departamento Judicial Mercedes el 7 de abril 1983.

Además, había sido declarado "reincidente".

El dato

También el miércoles, a través de otra resolución de la Alzada firmada por el camarista Pagliere (h) y por el juez de Garantías Moragas, fue rechazado un beneficio más que se pretendía para Pedraza, al confirmarse lo que en una primera instancia decidiera la jueza de Ejecución Penal Bianco: la denegatoria para que uno de los líderes del motín de Semana Santa en Sierra Chica accediera a la libertad condicional

Los doce apóstoles: el motín que terminó con empanadas de carne humana

.El 30 de marzo de 1996 un grupo de hombres privados de la libertad que fueron llamados los "Doce Apóstoles" tomaron 17 rehenes, mataron a ocho personas y cocinaron con carne humana. Entre los rehenes se encontraban la jueza María Mercedes Malére y el secretario del Juzgado.

Qué sucedió?

El suceso, que además duró ocho días, ocurrió en la Unidad Penal Número 2 de Sierra Chica. La idea general de los presos era lograr fugarse en el sábado de Semana Santa, pues era un día en el que, según ellos, la seguridad era más ligera. Al parecer, cuando los guardias de la cárcel abrieron fuego ante quienes querían huir, los "Doce Apóstoles" respondieron de la misma manera, pues habían logrado entrar un arma de fuego a la cárcel con anterioridad.

Jorge Kröhling, un guardia de seguridad que se entregó como rehén a cambio de uno de sus compañeros que estaba herido, habló en un reportaje sobre lo que fue esta experiencia, a la que describió como "un infierno en la Tierra". Lo que comenzó como un intento de huida se convirtió en una guerra interna entre dos bandos enemigos que había dentro de la cárcel. Por un lado, estaban los "Doce Apóstoles" y por el otro, un grupo dirigido por el preso Agapito Lencinas.

Kröhling compartió en la entrevista momentos escalofriantes a los que se enfrentó durante esos ocho días: "Lastimaron a mucha gente (los "Doce Apóstoles"). Yo vi cómo descuartizaban. El sonido que hace un cuerpo cortado es especial, no es como cortar una vaca. No es comparable a nada".

Por lo que recuerda el exguardia del suceso, el nivel de violencia que se llevó a cabo esos días y las imágenes a las que tuvo que enfrentarse fueron algo que le cambió por completo la vida.

Puntualmente, recuerda que los dirigentes del motín mataron a Agapito Lencinas, líder de su grupo enemigo, con dos balazos y dos "facazos" para después arrancarle los ojos y la lengua y exponerlo "como crucificado" contra una reja de la correccional.

Los cuerpos de los muertos llegaron a ser apilados en una esquina, e incluso así no acababa la tortura: "Yo vi cómo agarraron una cabeza y jugaron a la pelota".

Sin embargo, este último juego lo desmintió el "Gitano" Ariel Acuña, uno de los "Apóstoles". Allí, el exconvicto que ahora es youtuber, dijo que eso jamás pasó y que no hicieron ningún tipo de "ritual" con los cuerpos.

Según explica él, descuartizarlos y quemarlos en el horno de la cocina de la cárcel fue únicamente una táctica para que no quedara rastro de los hechos y no los pudieran culpar por homicidio. Lo que sí confirmó "El Gitano" fue el hecho de que los cuerpos de algunos presos, específicamente la carne de los glúteos, fueron utilizados para hacer empanadas para dárselas a los guardias de seguridad que, después de comer, fueron informados de qué estaban hechas.

¿Cómo acabó?

Según recuerdan ambos hombres, los 'Doce Apóstoles' se entregaron a la justicia después de ocho días. Kröhling comenta que probablemente esto se debió a que los reclusos estaban cansados, "se les había acabado la droga y el resto de la población carcelaria se estaba hartando. Seguro iban a terminar atacando a los Apóstoles". Se entregaron con la única condición de ser trasladados a un nuevo recinto.

¿Qué pasó con los "Doce apóstoles"?

Algo que aclaró el "Gitano" es que ni eran doce, ni eran apóstoles. Según él, el nombre se dio porque el suceso ocurrió en Semana Santa, pero los implicados eran alrededor de 17. Entre algunos de los nombres que la justicia asoció con el caso están Marcelo Brandán Juárez, Miguel Ángel Acevedo, Jorge Alberto Pedraza -quien fue identificado como uno de los cabecillas-, Victor Esquivel, Ariel Acuña, Carlos Villalva, entre otros.

En el 2000 se dio el juicio para la condena sobre lo que había sucedido en el motín y aunque los acusados se defendieron diciendo que no había cuerpos por los que ser señalados de "homicidio simple", entre otros delitos, esto no fue válido debido a que cuando las autoridades volvieron a tener control de la unidad penitenciaria faltaban algunos reclusos.

En el momento, los hombres fueron condenados a entre 12 y 15 años de prisión. Su destino no ha sido el mejor, algunos de ellos continúan cumpliendo condenas tras salir y volver a ser retenidos, otros murieron en prisión a causa de riñas internas de las cárceles o en libertad debido a enfermedades o enfrentamientos con otras personas.