Se habla mucho del cambio cultural que hace falta en La Argentina. Esto es una gran verdad.

Es imprescindible un cambio en cuanto al fondo de la cultura de la honestidad, el trabajo, la genuina caridad hacia el que la necesita y erradicar el concepto de limosna por el de verdadera justicia social.

Es imprescindible un cambio importantisimo en cuanto a la educación, en sus métodos, contenidos, objetivos y evaluaciones.

Cuando asumió la presidencia Raul Alfonsin , llamo a un gran Congreso Pedagogico en todo el país.

Los resultados fueron variables de acuerdo a las provincias y a las distintas zonas de la geografía argentina. Pero sin duda que fue un excelente punto de partida para los años que sucedieron a los golpes militares.

Es innegable también, que el kirchnerismo ha dejado en la sociedad toda tantas caracteristicas nefastas y negativas, que se han generado situaciones muy similares a las de aquellos años.

Pero debemos decir también que la forma en que se expresa el presidente es indigna del lugar institucional que ocupa.

En nuestra breve y reciente historia democrática es el Presidente mas maleducado y grosero que se recuerde.

Este lenguaje puede caer bien en cierto publico que admira el recientemente inaugurado populismo de derecha.

Pero sin duda que agravia la investidura presidencial y solamente les puede caer bien a los ignorantes que compiten con el Presidente en cuanto a su falta de cultura general.

La groseria y la chabacanería es propia de los que, en definitiva, menosprecian a sus interlocutores y piensan que están en su mismo bajo nivel cultural.

El cambio cultural no es solamente económico ni moral.

Tambien las formas son importantes. Mucho mas cuando el que habla es el Presidente de la Republica Argentina, Nacion que supo ser un faro cultural a nivel mundial.

Enrique Romero Loizaga