Sociedad
Las altas temperaturas afectan a todos, incluso al ganado. Por eso, el Senasa elaboró una lista de recomendaciones para enfrentar el calor.
30 de diciembre de 2025
El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) recordó a los productores ganaderos fortalecer las medidas preventivas para minimizar los efectos del estrés calórico en el ganado. Con temperaturas superiores a 35 grados y térmicas de 40°, nadie, ni la hacienda, está exenta de sufrir un golpe de calor.
"El estrés es una respuesta adaptativa, que permite a los animales hacer frente a desafíos ambientales como los cambios de temperatura. Cuando se superan las condiciones óptimas, el cuerpo intenta adaptarse a la nueva situación ambiental. Sin embargo, a temperaturas ambientales más altas, los mecanismos de adaptación no logran eliminar el exceso de calor generado", indica el Senasa.
El estrés calórico es "el conjunto de cambios fisiológicos y comportamentales que se desencadenan en los animales cuando son sometidos a condiciones ambientales que superan su temperatura de confort o zona termoneutral y son incapaces de regular su temperatura interna", explica el organismo.
Cómo afecta el calor a la hacienda
"Los animales tienden a reducir su actividad física e ingesta de alimento; aumentar la frecuencia respiratoria, el jadeo, la salivación y el consumo de agua; y buscar espacios con sombra", detalla.
El efecto del estrés calórico no se limita al bienestar animal, también puede afectar el rendimiento de la producción con disminución de la eficiencia alimentaria; pérdida de peso y de condición corporal; deterioro del desempeño y de los índices reproductivos; aumento del riesgo de enfermedades; e incremento de la tasa de mortalidad.
En los animales lecheros, se aprecian mermas en la producción de leche, así como en el porcentaje de grasa y proteína. En tanto, los animales de carne necesitan una provisión de sombra de árboles ya que no solo disminuye la radiación, sino que produce menor temperatura del aire por la evaporación desde las hojas.
La hidratación y la alimentación
Otro factor a considerar es que un bovino adulto consume diariamente el 7% de su peso vivo en agua, por lo que se debe proporcionar una hidratación fresca, limpia y abundante, con bebederos accesibles y cerca de los animales. Al mismo tiempo hay que cuidar el consumo abrupto de agua, luego de períodos de privación, puede desencadenar un cuadro de intoxicación con signos nerviosos.
También hay que evitar manejos estresantes es una tarea clave durante el verano. Para ello, se recomienda arrear de manera tranquila -respetando el paso de los animales- y realizar los encierres y trabajos en manga a primera hora de la mañana o última hora de la tarde.
En cuanto a la alimentación, en producciones de engorde a corral, se deberá administrar entre el 30 y 40% de la ración por la mañana (el resto por la tarde) e incrementar el porcentaje de fibra en la dieta.
"Cuando se prevean altas temperaturas -concluye el Senasa-, será necesario refrescar a la hacienda -bien temprano a la mañana o durante la noche-, utilizando un caudal de agua suficiente para penetrar el pelo. Si se los moja en horas de mucho calor y de manera insuficiente, puede ser contraproducente. También se sugiere remojar el suelo de los corrales, sin embarrarlos, para minimizar la radiación indirecta de los bovinos".
Fuente: Agencia DIB
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