Sociedad
La eliminación de fondos nacionales y la posible derogación de la Ley de Educación Técnico Profesional ponen en riesgo el crecimiento sostenido de las escuelas técnicas, agrarias y de oficios iniciado en 2005, y vuelven a encender las alarmas sobre el futuro productivo e industrial del país.
17 de noviembre de 2025
El director provincial de Educación Técnico Profesional, Ricardo De Gisi, trazó un sombrío panorama para escuelas técnicas, agrarias, de oficios y Técnica Superior, frente a la eliminación de fondos específicos y de una instancia de articulación clave para su funcionamiento. La decisión corta un ciclo virtuoso que se había iniciado en 2005 y pone en jaque al futuro industrial de la Argentina.
La modalidad abarca Educación Técnica, Educación Agraria, Formación Profesional (oficios) y la Educación Técnica Superior (analistas de sistemas, enfermeros, técnicos en seguridad e higiene), y en la Provincia de Buenos Aires es especialmente vigorosa: tiene 790 instituciones y 500 mil alumnos.
Entrevistado en el stream Parecemos Buenos Amigos, de INFOCIELO, De Gisi, que es técnico mecánico y sociólogo especializado en trabajo, señaló cuatro "mojones" que resumen la historia de la educación técnico profesional, desde la creación del CONET, financiado con aportes del sector industrial, pasando por su desarticulación -junto con la de todo el aparato productivo nacional- durante la dictadura, la posterior Ley Federal de Educación, que transfirió la responsabilidad a la Provincia, y el "resurgimiento" a partir de la Ley de Educación Técnico Profesional de 2005.
"Existe un destino común entre la educación profesional y el desarrollo socioproductivo, el modelo de acumulación y desarrollo que tiene nuestro país; eso está muy ligado. Cuando hay desarticulación productiva (el proceso de desindustrialización), también hay desarticulación de la educación profesional", planteó De Gisi a modo de síntesis histórica.
Esa regla no escrita está por verificarse una vez más. El Gobierno de Mauricio Macri, señaló De Gisi, incumplió sistemáticamente con el financiamiento establecido por ley (0,2 por ciento de la recaudación nacional). Recién en el último año del mandato de Alberto Fernández se alcanzó esa meta.
El futuro no pinta bien. "El Presupuesto de 2024, que no fue sancionado, suspendía la ley. Para 2026 planean la derogación; o sea, se disuelve el fondo y toda forma de financiamiento de la educación técnico profesional a nivel federal, junto a los organismos que la rigen", adelantó. Como en otros casos, como las leyes específicas para fondear rutas y obra hidráulica, las fuentes de financiamiento siguen recaudando pero los fondos no se ejecutan.
La decisión de cortar con el financiamiento para la educación técnico profesional aleja a la Argentina del objetivo de duplicar la cantidad de títulos que otorga el sistema. "En la actualidad, las escuelas técnicas y agrarias entregan 17 de cada 100 títulos secundarios. Para alcanzar a un país promedio, tomando como ejemplo España, deberíamos duplicar la cantidad, pero antes de 2005 solo entregábamos 8".
Hoy, la matrícula de educación técnica secundaria en la Provincia es de 200.000 alumnos, aproximadamente el 12 por ciento de los 1,7 millones de estudiantes en todo Buenos Aires que asisten a unos 300 colegios industriales y 150 establecimientos agrarios en su territorio.
El trabajo de la última década no se concentró únicamente en ampliar el número, sino en llegar a segmentos tradicionalmente esquivos. Hoy en día, tres de cada diez estudiantes de escuelas técnicas son mujeres. En las agrarias hay "paridad de género".
No es una casualidad sino el fruto de una búsqueda, que se traduce en una línea estratégica "para romper el sesgo de género en la división del trabajo". "La participación femenina se incrementó un 60 por ciento en la última década; crece mucho más rápido que la matrícula total", planteó De Gisi.
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