Sociedad

Sociedad

Piel real o piel de filtro? El nuevo dilema adolescente en la era de las redes sociales

En este contexto, las redes sociales se han convertido en una herramienta de doble filo.

16 de septiembre de 2025

En medio del boom del cuidado de la piel, un nuevo interrogante se instala entre los jóvenes: ¿qué están buscando realmente? ¿Una piel sana o una apariencia idealizada por filtros?. En este contexto, las redes sociales se han convertido en una herramienta de doble filo.

El fenómeno del skincare ganó popularidad entre los adolescentes, impulsado por el contenido viral en plataformas como Instagram, TikTok y YouTube. "Hoy las redes sociales son las que lideran la difusión de rutinas y productos. Esta exposición masiva permite que más personas accedan a información, prueben y compartan experiencias reales sobre el cuidado de la piel. Sin embargo, también genera falsos modelos o expectativas poco realistas que muchas veces llevan a los pacientes a buscar en el consultorio resultados que no siempre son posibles o recomendables desde el punto de vista dermatológico", explica la Dra. Karina Saizar, MP 114685 médica especialista en dermatología.

Según un estudio el 70% de los adolescentes reconoce sentirse insatisfecho con su piel al compararse con imágenes en redes sociales, muchas de las cuales están retocadas digitalmente o distorsionadas por filtros. Este fenómeno, lejos de ser solo estético, tiene consecuencias emocionales concretas, como ansiedad, baja autoestima y disconformidad corporal.

Además, un informe de la Sociedad Argentina de Dermatología reveló que las consultas dermatológicas en menores de 18 años aumentaron un 40% en los últimos tres años, en muchos casos motivadas por el deseo de parecerse a referentes digitales o influencers.

Consultada sobre qué es aconsejable en términos de skincare para adolescentes, la especialista fue clara: "A esa edad lo más importante es mantener una rutina simple pero constante. No hace falta usar diez productos ni seguir tendencias complejas. Una buena limpieza dos veces al día, hidratación adecuada y el uso diario de protector solar son más que suficientes. Si hay problemas como acné, lo ideal es consultar a un dermatólogo antes de usar productos que pueden irritar o empeorar la piel. Menos es más cuando hablamos de piel joven."

Saizar insiste en que el verdadero sentido del cuidado de la piel debe estar vinculado al bienestar y la salud, no a la perfección. "El autocuidado tiene que ser un momento de conexión con uno mismo, no una carrera contra un filtro. Hay que recuperar la mirada sobre la piel real: con poros, con textura, con historia. Y entender que eso también es belleza".

Para la profesional, esto representa una oportunidad educativa, pero también trae consecuencias preocupantes. "El problema surge cuando la imagen editada se vuelve el estándar. Muchos adolescentes llegan al consultorio con referencias que no son reales: influencers o famosos que muestran pieles perfectas, pero completamente retocadas o filtradas. Eso genera frustración, y una presión innecesaria sobre la apariencia física", advierte.

En este contexto donde la estética digital cobra protagonismo, surgen nuevos datos desde el campo de la psicología que permiten comprender mejor qué modelos de belleza siguen los adolescentes en 2025. Aplicaciones como Beauty Scanner o FaceScore -que califican rostros con puntajes numéricos- refuerzan una lógica de comparación constante, incentivando estándares visuales extremos que afectan la percepción propia entre los jóvenes.

Estudios recientes advierten que el uso excesivo de redes sociales con foco en la apariencia física, alimenta expectativas de perfección poco realistas. Esto repercute de forma directa en la autoestima y el bienestar emocional, sin distinción de género: tanto chicas como chicos reportan sentirse presionados por no cumplir con esos ideales digitales.

Una investigación reveló que el 60% de las adolescentes experimenta malestar al notar que su rostro "real" no coincide con la imagen modificada que muestran los filtros en redes. En este escenario, especialistas en salud mental alertan sobre un fenómeno creciente conocido como "dismorfia de Snapchat": una obsesión con alcanzar la versión filtrada de uno mismo, que puede derivar en ansiedad, frustración crónica y trastornos relacionados con la imagen corporal.

La Dra. Saizar reflexiona: "Los adolescentes internalizan estándares irreales, comparan su rostro con versiones filtradas y se sienten insuficientes cuando no alcanzan ese ideal. Por eso es esencial trabajar desde la salud mental y la educación, para fortalecer una imagen corporal saludable".

Finalmente, la especialista insiste en que el verdadero sentido del cuidado de la piel debe estar vinculado al bienestar y la salud, no a la perfección. La piel real -con poros, textura, historia- también es hermosa y requiere reconocimiento. Cuidar la piel no debería ser una forma de esconderse, sino de encontrarse. Enseñemos a los más jóvenes que la piel real también es valiosa", finalizó.

Prensa Cristela Cicaré


Comparte tu opinión, dejanos tu comentario

Los comentarios publicados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de sanciones legales.